sábado, 10 de agosto de 2013

Thriving Ivory - Angels on the Moon


Hoy quiero hablaros sobre la muerte. Es un tema que siempre me ha parecido delicado para tratar y difícil para entender. Y además, un tema que, a mí al menos, me inspira mucho respeto... y por supuesto, del que no se puede hablar muy a la ligera. Pero tal y como lo he hecho hasta ahora en todas las entradas de este blog, me gustaría compartir mi opinión con vosotros...
La vida es un regalo por sí sola. Todos hemos recibido regalos alguna vez. Cuando alguien nos regala algo, no me atreveré a decir que es lo primero que hacemos pero, valoramos lo material de ese regalo... Por ejemplo, una caja de bombones: Valoramos la caja, el chocolate. Pero este regalo tiene su "muerte" porque algún día la caja de bombones se acabará - probablemente estarás pensando que existen regalos que pueden durar mucho tiempo; pero para que el círculo invisible que hace funcionar al mundo así lo haga funcionar así, la obsolescencia programada se encarga de que nada material en este mundo dure para siempre... - Aplicando el ejemplo a la vida, llega un momento en el que se acaba... o en otras palabras: morimos. 
Pero yo creo, y es una de las cosas que más me fascinan del ser humano, que en el momento en el que nos hacen un regalo no solo lo apreciamos de forma material; el hecho de que una persona nos haya hecho un regalo, sea cual sea, nos hace sentir que somos especiales para ella. Y no solo eso: el sentimiento que nos inspire el regalo también depende de la persona que nos lo haya hecho, por mal que suene. No es lo mismo un regalo hecho por mi mejor amigo que por mi padre. No voy a entrar en distinciones, estoy segura de que lo entendéis; el problema mayor es aplicar este simple ejemplo a la vida y la muerte... 
Son muchas las personas que no son conscientes de que la vida es un regalo hecho con amor... y son esas mismas personas las que no la viven con intensidad... porque no la valoran como un regalo que pretende hacerlos sentir especiales. Y por si no ha quedado claro en las entradas anteriores, a partir de ahora, en el caso de que no te sientas así, quiero que tú - sí, tú - te sientas especial... y solo por existir... porque es motivo más que suficiente para que seas especial. Ahora bien... ¿nuestra existencia halla su fin en la muerte? Es libre pensar... Pero yo, desde mi punto de vista particular, diría que hay cosas mucho más fuertes que la muerte; cosas que la pueden superar y que no le permitirán extinguir la existencia por completo. Si se nos ha dado la vida con amor... ¿tiene algún sentido que este amor se pierda en una tumba... un ataúd? Es el amor quien nos hace seguir vivos, quien nos da un motivo para estar donde estamos... para ser especiales. Y es ese amor quien nos hace seguir vivos después de la muerte. Y te preguntarás... ¿Por qué...? ¿Quién nos hace ese regalo?
......................... No lo sé. Muchos solucionaron ese problema llamando Dios a ese ser. Pero aprovechando que no sabéis quién es... pensad que es la persona que más os quiere la que os ha dado los motivos para vivir y para ser especiales.
Después de todo esto, ¿qué es la muerte? Un motivo más por el que la vida es especial... Porque la finaliza... Y aunque no sepas quién es ese ser que te ha regalado la vida, piensa, que si no se acabara... no te lo podría volver a regalar... para seguir demostrándote lo especial que eres... Y puedo justificar el hecho de que se regalan muchas vidas diciendo que la vida de cada uno es diferente... esa vida que habitamos desde nuestro propio yo...  
Por si no te ha servido nada de lo que haya dicho aquí... dame una segunda oportunidad. Si tuvieras que elegir entre morir y no nacer... ¿qué elegirías? Piénsalo bien... y te darás cuenta de que no nacemos para morir después... somos obra de algo tan grande que no podemos ni verlo... Amor... Y el día en que te vayas de este mundo ese amor seguirá arropándote... aunque no tengas cuerpo ni boca para contarlo.


En referencia al accidente acontecido en el Paseo Nuevo de San Sebastián el día 7 de agosto a las 17:15 horas. Un amigo para conocer y recordar, Mikel Arzak. 

La verdad, no sé cuál es la forma más apropiada o idónea de comenzar esta carta, pero sí de comenzar a contar lo que pretendo. Todo comienza con un sueño de futuro y el título de un libro: El Reino de los Olvidados.
El pasado día 6 de agosto, estaba hablando por whatsapp con mi mejor amigo y me comentó que su mejor amigo estaba interesado en que leyera un libro que había escrito para un concurso y en que le diera mi opinión. 
Recibí entusiasmada el documento por correo electrónico. Yo ya estaba informada de que esta persona quería dedicarse a escribir; y supongo que, en gran parte, era esto lo que me inspiraba la emoción de leer una de sus primeras obras...
Mikel Arzak, el mejor amigo de mi mejor amigo... Me habían hablado maravillas de este chico y yo estaba deseando conocerlo. Nunca antes había hablado con él; así que pensé que aquel era el momento oportuno de hacerlo. Fue entonces cuando decidí mandarle un mensaje privado por tuenti para decirle que había recibido su libro y que volvería a escribirle dándole mi opinión tan pronto como lo terminara y si a él le parecía bien. Me respondió, contento de que le hubiese escrito, y me dijo que esperaría mi veredicto. 
El Reino de los Olvidados. No prescindí de mucho tiempo para leerlo. Lo terminé ayer, rondando las 17:00 horas de la tarde. Entonces, me dispuse a escribirle de nuevo para compartir con él mi opinión. Esperaba que leyese mi mensaje pronto, porque además, mi mejor amigo prometió presentármelo en persona al día siguiente y quería que lo tuviese leído para entonces...
Lo último que yo esperaba, era recibir una llamada telefónica de mi mejor amigo, ese mismo día por la noche, diciéndome que "Arzak ha muerto". Sí... Arzak ha muerto, no es ninguna broma pesada... Sucedió ayer, 7 de agosto a las 17:15 horas de la tarde en el Paseo Nuevo de San Sebastián... mientras yo terminaba de leer su libro. 
Ya habrán leído o visto en la televisión, queridos lectores, lo que sucedió ayer en San Sebastián con un joven de 20 años. Era el bueno de Arzak, quien como cualquiera de los amigos que lo acompañaban y todo el gentío que se encontraba en el Paseo Nuevo, no podía predecir la tragedia que estaba a punto de ocurrir. 
No sé si está bien decirlo; lo cierto es que me da igual... pero creo, que nunca antes me había afectado tanto la muerte de una persona... conocida o desconocida. Añado eso último porque yo solo conocía a Arzak por lo que me habían contado sobre él. 
Uno de los personajes del libro se llama Dinas, que como todos los demás, debe conformarse con lo que recuerda de su vida antes de su muerte. Antes de morir había participado en un concurso de escritura con un libro... pero murió antes de conocer el veredicto... No quepo en mí del asombro que me supone lo que se asemeja esta historia a la de Arzak, su escritor...
Pero lo que pretendo conseguir con esta carta no se reduce a recordar a este joven escritor. Quisiera hablar de su libro, el que habla sobre un mundo en el que acaban todos los muertos que nadie recuerda en vida; quisiera decir también que Arzak no está allí ahora... y nunca lo estará; que ninguno de nosotros lo olvidará; que su amistad y amor para con todos sus amigos y familiares perdurará por siempre en alguna página, alguna línea, alguna palabra que les escribió y les dedicó a ellos, no necesariamente con papel y tinta. Porque su historia, todo lo que compartió en vida,... no se ha ido. Está escrito en algún lugar al que, él sabía que, sus conocidos llaman hogar. 
Fue la impotencia la que hizo que me lanzara a escribir todo esto... no sé si hago bien o mal... lo que sí sé es que Arzak no llegó a saber lo que yo opinaba sobre su libro... no recibió mi mensaje a tiempo... Tampoco llegó a presentar el libro en el concurso... Mi mejor amigo lo presentará por él y le escribirá una biografía... Yo solo puedo desearle toda la suerte de este mundo y la del otro; y terminar esta carta no con un adiós, porque esta separación no es eterna... algún día sus familiares y amigos podrán volver a verle... y yo podré conocerle al fin... suena muy religioso... pero es su libro quien me ha hecho estar segura de ello... Así que... ¡Hasta la vista, Arzak!

De: Uxue Ricón Ulanga                                       Para: Mikel Arzak Giménez

ya lo he terminado jajjajaa... por si no era lo suficientemente rapida jajajja ;P
opinion general... simplemente... mencanta... tienes un estilo muy fluido... la historia no es ni muy lenta ni muy rapida... cosa ke mencanta... los libros en los ke meten descripciones por aki y por alla ralentizan la historia.... y si prescinden completamente d ello los escritores dan a conocer acontecimientos a punta pala y yo al menos me monto una telaraña y un ovillo de lana en la cabeza jaja... en ese sentido esta muy ekilibrado... y no solo transmites ese ekilibrio al ke lee... sino ke transmites lo seguro ke te encuentras ati mismo escribiendolo... un ejemplo claro son los fragmentos ke escribes en cursiva...
la idea es muy buena ademas... me gusto desde el principio... (prueba suficiente es lo ke he tardado en leerlo jajaja)
tienes talento jajja... el libro este no es muy largo pero da iwal... desde luego es mejor ke alguno d 1000 paginas ke tengo en mente ke intente leerme una vez... tu sigue asi... y pronto podras ambicionar proyectos mas grandes... 
espero ke te vaya genial en el concurso... ya me diras ketal te ha ido... pero ami al menos me ha encantado... de verdad
un besooooo... nos vemoooosss :DDDDD

PD: Disculpen las faltas de ortografía.