sábado, 27 de julio de 2013

Coldplay - Viva la vida


La casa del tanque. Era un tanque oxidado y olvidado por el tiempo... Olvidado fue cuando la guerra terminó... Olvidado es ahora... Olvidados son los difuntos que en él vivieron... Olvidamos que alguien sacrificó su vida para que la vida misma fuera hermosa... Olvidamos que ese no era su propósito... ¿Tendría acaso propósito?... Olvidamos que sí... Olvidamos que una persona no olvida quién es... Por qué... De dónde viene... A dónde va... Qué es lo que quiere... Olvidamos que ellos lo querían olvidar... Olvidamos todo lo que no es nuestro... 
Pero olvidemos que el hecho de olvidar es vergonzoso... Hacen falta personas que olviden las cosas que no has hecho bien... y que recuerden siempre todo lo bueno que eres... Que olviden el daño que un día te hicieron... Y que recuerden que siempre estarán dispuestos a luchar por ti... En lo bueno y en lo malo... Tal y como lo hicieron en la casa del tanque... 


miércoles, 24 de julio de 2013

Yo lo busqué... Soy soldado por eso...
Firmé un contrato en el que juré que no me guiaría por las estrellas ni por mi propia voluntad...
Que sería una pieza de ajedrez... un peón a merced de un rey que no sabría mi nombre... que desconociendo mi historia y mis circunstancias sería para él tan solo un número... un número sin valor... un juguete que, como todos, tiene principio y tiene fin...
Elegí ser soldado porque tenía miedo... Me asustaba la idea de que la contaminación ocultara las estrellas... que mis decisiones no fueran adecuadas ni justas...
Preferí que mi trabajo no consistiera ni en vivir ni en morir... Simplemente en sobrevivir movido por unos ideales que no eran míos... un deseo que no manaba de mis venas...
Y por eso el soldadito del cuento es de plomo... Porque los cuerpos sin alma no son lo que quieren... sino lo que otras almas quieren... Por eso le faltaba una pierna y no se desangraba... Por eso acabó en la hoguera... como las brujas de la Edad Media... Pero sin motivo ni causa... sin oponer resistencia....
Porque eso es precisamente lo que un soldado firma en su contrato... Que entregará su vida con indiferencia... Que será como un trozo de montaña que se desprende, cae y se detiene a merced de la gravedad... Como una gota de agua que cae en forma de nieve a merced del frío... Una canción con armadura pero vacía por dentro, a merced de la indiferencia... Porque un soldado no piensa... Es un brazo de la avaricia omnipresente...
Nada tiene sentido... Firmé que olvidaría mi ética... En las trincheras no hay sitio para la moral... Como los niños con ositos de peluche, nosotros dormimos con las ametralladoras con un pijama del color de la tierra... Los sueños se tienen despierto... y las pesadillas de la noche se hacen realidad... También tenemos vecinos... vecinos mutilados... Amigos locos y borrachos... Las bombas son nuestro despertador... el que nos arranca de nuestro lecho de barro para trabajar... 
Los muertos son como desertores... Los desertores como muertos...
La ética no sirve de nada cuando te dan a elegir entre morir y matar... Debes desaparecer... Cambiar de identidad... Borrarla, en realidad... Y yo solo quería eso... Desaparecer...
¿Algo que eche de menos de mi vida? El hecho de saber que no lucho por algo que no me interesa... sino por la persona que más me importa...